POBRE DIABLO
La partida de íconos, una plantilla envejecida,
un técnico inexperto, un astro sin brillo y el odiado rival ganando ligas,
tiñen el presente del Milán.
Ironías
del futbol: mientras la economía del Milán se beneficiaba con 65 millones de
euros, producto del traspaso de Kaká al Real Madrid, las esperanzas de miles de
tifosi rossoneri se diluían al darse cuenta que la partida del brasileño era
una más de las decisiones que perjudicaban al club; algunas teniendo como
responsable a su presidente, Silvio Berlusconi, otras obligadas como el retiro
de Paolo Maldini y la partida de Carlo Ancelotti.
Ha
sido precisamente Berlusconi, quien también se desempeña por tercera ocasión como
Primer Ministro de Italia, el encargado de llevar a los Diavoli del cielo al
infierno mediante decisiones autoritarias como la venta del volante brasileño y
la adquisición de Ronaldinho, refuerzo que arribó en julio del 2008 luego de
experimentar una notable baja de rendimiento con el Barcelona, situación que no
ha podido revertir durante su estancia en Milanello.
Envuelto
en la polémica tras dichos actos y por la ausencia de Scudetti, Berlusconi ha
sido insultado por integrantes de la Curva Sud Milano, grupo radical de
aficionados que acude a los juegos realizados en el San Siro, y quienes
mostraron pancartas de Rechazo al directivo y su política de austeridad.
SIN PAR DE ASES
“Vendemos
a los mejores como si fuéramos un equipucho”, fue una de las protestas llegadas
a los foros de internet relacionados con el club milanés. Lo mismo pasó con
varias pancartas colgadas dentro del San Siro: “tienes que gastar. Por años
solo has comprado figuritas”, o bien “vendes a Kaká para sanear al club y no
gastas… querido Berlusconi, gracias por todo, márchate ya”. La situación motivó
la respuesta del jerarca mediante un escueto comunicado: “la perdida (de Kaká)
podrá ser cubierta”.
Sin
embargo, el traspaso del jugador que mejor contribuía las maniobras ofensivas
(con asistencias y goles), librado de cualquier calificativo de traicionero por
parte de los aficionados, no fue la única mala noticia para los rojinegros
durante el verano pasado ya que el último gran ídolo rossonero, Paolo Maldini,
finalmente anunció su retiro dejando un vacío en el equipo donde jugó un cuarto
de siglo. Su ausencia implica la reestructuración de una zona defensiva que ya
venia en crisis.
CIAO, CARLETTO
“He
jugado en el equipo de mi ciudad, en uno de los mejores del mundo, he ganado
muchos títulos, la afición me quiere, ¿Qué más puedo pedir? Soy feliz… ha
llegado el momento de dejar el futbol”, dijo II Capitano Maldini al dejar las filas de su querido Milán. Algo similar
ocurrió con otro referente, Carlo Ancelotti, entrenador de la escuadra desde
2001 y responsable de conseguir ocho títulos para engalanar la vitrina, entre
ellos un par de Champions League.
Entre
nostalgia y melancolía, Carletto dejó la capital de Lombardía explicando el
motivo de su alejamiento: “el doctor Berlusconi y yo decidimos rescindir el
contrato que finalizaba en 2010, he pasado ocho años maravillosos aquí”,
asevero el hombre que gestiono la etapa exitosa más reciente del Milán previo a
su vinculación con el Chelsea.
Días
más tarde su lugar fue ocupado por el brasileño Leonardo inexperto en la
materia, quien acepto el reto sabedor de que tomaba una plantilla también mermada
por otra partida: la de David Beckham.
TAMPOCO SPICE
Tras
seis meses con el Milán, Becks tuvo que regresar al Galaxy convirtiéndose en la
segunda baja sensible del medio campo rossonero. El inglés se consolido en la
fase final de la 2008-09 como punto de equilibrio táctico de una escuadra
volcada en exceso al ataque. Por eso, el no contar con la participación del
Spice Boy agravó la falta de variantes en una línea donde vienen jugando los
mismos de un año a la fecha: Gennaro Gattuso, Clarence Seedorf, Andrea Pirlo,
Massimo Ambrosini y Mathieu Flamini, siendo este último el único que no rebasa
los 30 años de edad. Lo anterior evidencia otro problema: el envejecimiento de
la plantilla con tipos como Marco Storani, Dida, Alessandro Nesta, Massimo
Oddo, Gianluca Zambrotta y Marek Jankulovski, todos por encima de las tres décadas.
La
suma de estaos factores explica el sinuoso arranque de la temporada 2009-10m en
la que el futbol sin brillo e irregular los llevó al punto más bajo de la
crisis deportiva con la derrota en el San Siro ante el FC Zurich dentro de la
fase de la Champions. Para muchos, la gran preocupación no son las ausencias ni
los veteranos, sino el bajo nivel que muestra el hombre clave del proyecto
milanista: Ronaldinho.
DINHO… ¿EL SALVADOR?
La
principal apuesta de Berlusconi para esta temporada se basa en concretar el
relanzamiento de Ronaldinho como el mejor del planeta. Ubicado como cerebro en
el esquema de Leonardo, Dinho no ha logrado reconciliarse con el futbol que
alguna vez maravilló al mundo. “Es cierto que no es el de hace tres años, pero volverá
a ser una estrella”, aseguró el entrenador.
Las
críticas por rendimiento también han apuntado a su compatriota Alexandre Pato,
artillero de 20 años que fue adquirido en 2007 como la esperanza de goles para
el cuadro milanés… hay quien piensa que 26 tantos luego de 60 partidos en Serie
A son poca cantidad.
Caso
similar ocurre con Marco Borriello, goleador tres campañas atrás con el Génova cuyo
retorno al Milán no ha sido lo productivo que se esperaba: un gol en siete
juegos resulta poco al revisar el balance del ejercicio liguero 2008-09.
Si
Kaká se fue, si Dinho no aporta, si Pato y Borriello no anotan… ¿Quién hace los
goles en el Milán? La respuesta es la misma desde 2001: Filippo Inzaghi, último
ícono del plantel. Superpippo vive su novena campaña con el Diablo, y pese a
sus 36 años, sigue siendo el principal ariete.
Lo
peor, sin embargo, no fue el fracaso al tratar de fichar a Luis Fabiano,
retenido por el Sevilla, ni los rumores de venta que rondan al equipo y que
Berlusconi se esmera en desmentir… lo que realmente molesta a los rossoneri son
los cuatro Scudetti consecutivos que acumula su eterno enemigo: el inter,
escuadra que además los goleó (4-0) en el primer clásico de la temporada… peor
imposible.
Fuente: Revista "Futbol Total Noviembre 2009" pagina 22
No hay comentarios:
Publicar un comentario