domingo, 25 de noviembre de 2012

Informe


POBRE DIABLO

La partida de íconos, una plantilla envejecida, un técnico inexperto, un astro sin brillo y el odiado rival ganando ligas, tiñen el presente del Milán.

Ironías del futbol: mientras la economía del Milán se beneficiaba con 65 millones de euros, producto del traspaso de Kaká al Real Madrid, las esperanzas de miles de tifosi rossoneri se diluían al darse cuenta que la partida del brasileño era una más de las decisiones que perjudicaban al club; algunas teniendo como responsable a su presidente, Silvio Berlusconi, otras obligadas como el retiro de Paolo Maldini y la partida de Carlo Ancelotti.
Ha sido precisamente Berlusconi, quien también se desempeña por tercera ocasión como Primer Ministro de Italia, el encargado de llevar a los Diavoli del cielo al infierno mediante decisiones autoritarias como la venta del volante brasileño y la adquisición de Ronaldinho, refuerzo que arribó en julio del 2008 luego de experimentar una notable baja de rendimiento con el Barcelona, situación que no ha podido revertir durante su estancia en Milanello.
Envuelto en la polémica tras dichos actos y por la ausencia de Scudetti, Berlusconi ha sido insultado por integrantes de la Curva Sud Milano, grupo radical de aficionados que acude a los juegos realizados en el San Siro, y quienes mostraron pancartas de Rechazo al directivo y su política de austeridad.

SIN PAR DE ASES

“Vendemos a los mejores como si fuéramos un equipucho”, fue una de las protestas llegadas a los foros de internet relacionados con el club milanés. Lo mismo pasó con varias pancartas colgadas dentro del San Siro: “tienes que gastar. Por años solo has comprado figuritas”, o bien “vendes a Kaká para sanear al club y no gastas… querido Berlusconi, gracias por todo, márchate ya”. La situación motivó la respuesta del jerarca mediante un escueto comunicado: “la perdida (de Kaká) podrá ser cubierta”.
Sin embargo, el traspaso del jugador que mejor contribuía las maniobras ofensivas (con asistencias y goles), librado de cualquier calificativo de traicionero por parte de los aficionados, no fue la única mala noticia para los rojinegros durante el verano pasado ya que el último gran ídolo rossonero, Paolo Maldini, finalmente anunció su retiro dejando un vacío en el equipo donde jugó un cuarto de siglo. Su ausencia implica la reestructuración de una zona defensiva que ya venia en crisis.

CIAO, CARLETTO

“He jugado en el equipo de mi ciudad, en uno de los mejores del mundo, he ganado muchos títulos, la afición me quiere, ¿Qué más puedo pedir? Soy feliz… ha llegado el momento de dejar el futbol”, dijo II Capitano Maldini al dejar las filas de su querido Milán. Algo similar ocurrió con otro referente, Carlo Ancelotti, entrenador de la escuadra desde 2001 y responsable de conseguir ocho títulos para engalanar la vitrina, entre ellos un par de Champions League.
Entre nostalgia y melancolía, Carletto dejó la capital de Lombardía explicando el motivo de su alejamiento: “el doctor Berlusconi y yo decidimos rescindir el contrato que finalizaba en 2010, he pasado ocho años maravillosos aquí”, asevero el hombre que gestiono la etapa exitosa más reciente del Milán previo a su vinculación con el Chelsea.
Días más tarde su lugar fue ocupado por el brasileño Leonardo inexperto en la materia, quien acepto el reto sabedor de que tomaba una plantilla también mermada por otra partida: la de David Beckham.

TAMPOCO SPICE

Tras seis meses con el Milán, Becks tuvo que regresar al Galaxy convirtiéndose en la segunda baja sensible del medio campo rossonero. El inglés se consolido en la fase final de la 2008-09 como punto de equilibrio táctico de una escuadra volcada en exceso al ataque. Por eso, el no contar con la participación del Spice Boy agravó la falta de variantes en una línea donde vienen jugando los mismos de un año a la fecha: Gennaro Gattuso, Clarence Seedorf, Andrea Pirlo, Massimo Ambrosini y Mathieu Flamini, siendo este último el único que no rebasa los 30 años de edad. Lo anterior evidencia otro problema: el envejecimiento de la plantilla con tipos como Marco Storani, Dida, Alessandro Nesta, Massimo Oddo, Gianluca Zambrotta y Marek Jankulovski, todos por encima de las tres décadas.
La suma de estaos factores explica el sinuoso arranque de la temporada 2009-10m en la que el futbol sin brillo e irregular los llevó al punto más bajo de la crisis deportiva con la derrota en el San Siro ante el FC Zurich dentro de la fase de la Champions. Para muchos, la gran preocupación no son las ausencias ni los veteranos, sino el bajo nivel que muestra el hombre clave del proyecto milanista: Ronaldinho.

DINHO… ¿EL SALVADOR?

La principal apuesta de Berlusconi para esta temporada se basa en concretar el relanzamiento de Ronaldinho como el mejor del planeta. Ubicado como cerebro en el esquema de Leonardo, Dinho no ha logrado reconciliarse con el futbol que alguna vez maravilló al mundo. “Es cierto que no es el de hace tres años, pero volverá a ser una estrella”, aseguró el entrenador.
Las críticas por rendimiento también han apuntado a su compatriota Alexandre Pato, artillero de 20 años que fue adquirido en 2007 como la esperanza de goles para el cuadro milanés… hay quien piensa que 26 tantos luego de 60 partidos en Serie A son poca cantidad.
Caso similar ocurre con Marco Borriello, goleador tres campañas atrás con el Génova cuyo retorno al Milán no ha sido lo productivo que se esperaba: un gol en siete juegos resulta poco al revisar el balance del ejercicio liguero 2008-09.
Si Kaká se fue, si Dinho no aporta, si Pato y Borriello no anotan… ¿Quién hace los goles en el Milán? La respuesta es la misma desde 2001: Filippo Inzaghi, último ícono del plantel. Superpippo vive su novena campaña con el Diablo, y pese a sus 36 años, sigue siendo el principal ariete.
Lo peor, sin embargo, no fue el fracaso al tratar de fichar a Luis Fabiano, retenido por el Sevilla, ni los rumores de venta que rondan al equipo y que Berlusconi se esmera en desmentir… lo que realmente molesta a los rossoneri son los cuatro Scudetti consecutivos que acumula su eterno enemigo: el inter, escuadra que además los goleó (4-0) en el primer clásico de la temporada… peor imposible.
 
 
Fuente: Revista "Futbol Total Noviembre 2009" pagina 22

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